Ciudad de México 29 de octubre de 2009


MAGNA OFRENDA 2009
MUSEO PANTEON DE SAN FERNADO

En Paris Francia el día 7 de noviembre de 2003, la UNESCO declaró a la festividad de día de muertos “Obra maestra del patrimonio cultural de la humanidad”.
Esta celebración ancestral, se remonta a 3500 años de antigüedad, antes de la llegada de los españoles al continente americano.
La flor de los 100 pétalos llamada Cempaxóchil, cuyo aroma se cree, atrae el camino de las almas de los difuntos en la transición de la noche del día primero al dos de noviembre, es la puerta de bienvenida a este recinto, para renovar hoy y ante ustedes, esta tradición única en el mundo.
La celebración prehispánica del día de muertos tenía varias connotaciones que, conforme al modo de muerte del difunto, cobraban distintos destinos y caminos:
El Tlalocan, o paraíso de TLALOC, dios de la lluvia. A este lugar se dirigían aquellos que morían en circunstancias relacionadas con el agua, el rayo, la enfermedad de gota, la sarna , la hidropesia.
El Omeyocan o paraíso del sol, presidido por Huitzilopochtli, dios de la guerra, era el lugar a donde iban los muertos en combate, los sacrificados y las mujeres que morían de parto. Quienes morían y viajaban al Omeyocan eran considerados privilegiados.
El Mictlan; destinado a los muertos de muerte natural. Era un camino tortuoso, el difunto era enterrado con un perro, que sería su guía y lo ayudaría a cruzar el río para así llegar ante Mitecantecutli, señor de la muerte, a quien debía entregar una ofrenda que consistía de cuatro flechas y teas de cañas de perfume, algodón , hilos colorados y mantas .
El Chichihuacuauhco. Lugar donde se encontraba un árbol de cuyas hojas brotaba leche para alimentar a los niños muertos, quienes al llegar a ese lugar con sus almas desconcertadas se nutrían de la sabia que brotaba de las ramas.
La tradición mexicana del día de muertos , es una constante año con año en la vida de México.
Hoy también, en este siglo XXI que ha comenzado hace nueve años, debemos dejar huella en nuestros hijos, mujeres, alumnos y compañeros; de esta herencia de magia para que así siga viva la llama de este emblema mexicano que es ya universal.
Debemos ser cuidadosos con nuestra herencia patrimonial. La responsabilidad de su conservación y respeto, compete tanto al estado como al pueblo en un compromiso inequívoco con la cultura y la preservación de las tradiciones de nuestro México.
La FUNDACION ZABALETA agradece la oportunidad que tiene el día de hoy de compartir con ustedes la MAGNA OFRENDA de MUERTOS 2009 en el célebre Panteón de San Fernando.